Bunbury
Mucho he tardado pero aquí está, un post en este blog dedicado a Bunbury. Quien me conozca ya sabe de mi admiración por Heroes del Silencio, y tras la ruptura de este maravilloso grupo por la carrera en solitario de Enrique Ortiz de Landázuri, es decir, Bunbury.
Admirado por unos, odiado por otros, lo que hace único a este a artista es eso, que nunca es indiferente a nadie. Ya sé que muy objetivo no puedo ser tratando este tema pero lo que sí es verdad es que este tío ha hecho lo que ha querido, cuando ha querido y como ha querido. Y si no sólo hay que fijarse en su carrera musical y en la variedad de estilos que han tenido todos sus discos, desde cualquiera de Heroes del Silencio hasta El Viaje a ninguna Parte pasando por Radical Sonora, Pequeño y Flamingo.
Su álbum debú como solista. Manzanera fue su productor. El primer disco en solitario de Enrique lo separó totalmente del sonido de Héroes. Su apuesta se acercaba a la electrónica, a la música árabe y al rock más psicodélico.
Bunbury arriesgó, quería investigar sobre nuevas tendencias y sobre él mismo. ¿El resultado? Dispar. La crítica le aclamó con cautela y el público le dio la espalda.
En el año 1997 la gira de Radical sonora se convirtió en una pesadilla para Bunbury. Cuando finalizó el tour por España sufrió una crisis muy profunda que incluso le hizo plantearse abandonar la música. Se sentía incomprendido: "Necesito un público que me haga crecer como músico, no que me haga tocar toda la vida Entre dos tierras y encima como lo hacía con Héroes".
La cosa empezó a cambiar. A pesar del relativo -más bien escaso- apoyo de las radiofórmulas, Pequeño caló en el público. Canciones como "Infinito" o "El Viento a Favor" encumbraron nuevamente a Bunbury, que volvió al primer plano de la actualidad.
Empezó a reconciliarse con el público y abrió el espectro no sólo a jóvenes, sino también a mayores. Pequeño fue disco de platino, como ya lo había sido Radical sonora, y con él consiguió éxito en México y en Argentina, donde Bunbury comenzaba a consolidarse como figura de culto para algunos. Entre tanto, el artista recibió una nominación a los Grammy Latinos por "El Extranjero" en la categoría de Mejor Interpretación Pop Masculina.
La apuesta musical de Bunbury da sus frutos. Es disco de oro de salida, el lanzamiento es todo un éxito en México y Argentina, y se cuelga el cartel de "no hay billetes" en los primeros conciertos en España. En varias capitales mexicanas se forman colas de más de 4.000 personas para que Bunbury firme un disco.
Un año y medio de gira. Más de 150 conciertos y más de 300.000 discos vendidos entre España y América consolidan la figura de un artista que ya tiene estatura de estrella. Bunbury se paseó durante 2002 y 2003 por los principales escenarios de México (Auditorio Nacional), Argentina (Estadio Obras) o Nueva York (Central Park). El colofón al interminable tour Flamingos fue un DVD que publicó en septiembre de 2003, titulado "Una cita en Flamingos", que recoge dos conciertos y multitud de información sobre la gira más importante en su carrera.
Cada tema posee una descripción de dónde fue compuesto y en qué fecha (la mayoría en México y Centro-américa, durante el 2003), lo que ayuda a entender algunas situaciones descritas.
A lo largo de todo el disco se nota un Enrique Bunbury con un estilo distinto de vocalización; en "Anidando Liendres" se le nota la voz mucho más fuerte (o quizás forzada), mientras que en "Canto (el mismo dolor)" se le nota más suave de lo normal. Diferente, pero interesante.
El arte del disco y la puesta en escena de la gira estaban basados en un concepto circense.
En 2005 y a través de su página web Enrique Bunbury anuncia la disolución de "El Huracán Ambulante" (la banda que le acompañó durante los últimos 8 años), la cancelación del resto de su gira por España y América y su temporal retiro (aunque sin fecha de regreso) de los escenarios.
Bunbury en la MTV (2002)
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